En el año 1925, la «Sociedad Financiera y Minera» inaugura en Málaga la primera planta productora de cemento artificial de Andalucía.
En los comienzos de la década de 1920, coincidiendo con la importante actividad constructora que se desarrolla en la ciudad y, en general, en la provincia, la empresa «Sociedad Financiera y Minera» decide reconvertir una fábrica de cementos naturales, que funcionaba en la barriada malagueña de la Araña desde 1914, en fábrica de cementos «portland» (de cuya denominación deriva el nombre popular de la «porla» con el que siempre se le ha conocido).
La fábrica se construyó al pie de una cantera de piedra caliza, una ubicación determinada por la alta proporción de materiales calcáreos que intervienen en la composición de este cemento (tres partes de caliza por cada una de material silíceo). Equipada con dos molinos tipo krupp y cuatro hornos verticales para la obtención del clinker, poseía una capacidad de producción de 54.000 tm de cemento al año, parte del cual exportaba a diferentes provincias andaluzas.
Tras las dificultades económicas vividas durante la Guerra Civil y la posguerra, la empresa inició un proceso de modernización tecnológica —en el que destaca la incorporación de un horno giratorio— que ha continuado hasta nuestros días. A principios de los años cuarenta, sus instalaciones fueron ampliadas para producir clorometas e incorporó un lavadero de barita para la fabricación de sulfato bárico, un producto utilizado en la industria química y textil (la barita se traía desde Córdoba, en donde la empresa era propietaria de una mina).
De las instalaciones primitivas sólo se conserva el edificio que alberga parte de las oficinas y el laboratorio de la fábrica.»
Del libro «Cien años de historia de las fábricas malagueñas», de Antonio Santiago Ramos, Isabel Bonilla Estébanez, Antonio Guzmán Valdivia. Año 2001